A tan solo 2 horas de Santa Marta, se revela un escenario único que evoca paisajes europeos, entre ellos se destacan los pueblos como Nueva Venecia, Buenavista y Bocas de Aracataca, que se encuentran asentados en la Ciénaga Grande del Magdalena, lo cual fusionan las aguas saladas con las dulces que rodean el departamento.

Estas comunidades, habitadas por pescadores de tradición ancestral, se erigen sobre el agua, creando una sociedad flotante que se puede explorar en un fascinante viaje que combina transporte terrestre y en lancha, donde cada embarcación, conocida como piragua, lleva consigo el nombre personalizado de su dueño.

Las casas de madera, llenas de color y sostenidas por estacas, junto con las canoas, componen un paisaje que fue reconocido en el año 2000 por la Unesco como Reserva de Biosfera, consolidándolo como un destino idóneo para el ecoturismo.

Además estos pueblos flotantes revelan al público que lo visita ecosistemas que están experimentando un proceso de deterioro puesto que los manglares han disminuido por el ingreso de más agua salada a la zona haciendo que la producción pesquera disminuya por la desaparición de varias especies de peces.

Los habitantes y pescadores de la zona con este deterioro del ecosistema acuático buscan cada día generar un ambiente sano para seguir avanzando en el ecoturismo como su fuente de ingresos.

#lalibertaddelmagdalena

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